Silencio de escamas
Por Tobías Siempre fui alguien común, o al menos eso pensaba. Cada mañana, mi reflejo me devolvía la misma

Por Tobías
Siempre fui alguien común, o al menos eso pensaba. Cada mañana, mi reflejo me devolvía la misma imagen: ojos cansados, cabello despeinado y una rutina que no variaba. Pero algo comenzó a cambiar. Todo empezó con una sensación extraña en la piel, como un cosquilleo constante. Los días pasaban y el cosquilleo se volvió picazón. Pensé que era una alergia, algo pasajero. Sin embargo, mi piel empezó a secarse, a volverse áspera y escamosa. En un intento desesperado, me cubría con ropa larga, ocultando el extraño patrón que comenzaba a formarse en mi cuerpo. Mis sentidos también se agudizaron. El calor del sol me resultaba insoportable, pero el frío del suelo, reconfortante. Mis ojos percibían el más mínimo movimiento, y mi olfato captaba aromas que antes eran imperceptibles.
Entonces llegó el dolor. Una noche, mientras intentaba dormir, sentí cómo mis huesos se comprimían, mis extremidades se encogían y una presión insoportable recorría mi columna. Grité, pero mi voz se volvió un siseo. Cuando desperté, mi cama era un nido de sábanas revueltas, y mi cuerpo… ya no era el mismo. Había perdido los brazos, las piernas, y mi piel era completamente escamosa. Me deslizaba sin esfuerzo por el suelo. Mi lengua se había dividido en dos, vibrando en el aire, captando olores con cada movimiento. El miedo se transformó en algo más: instinto. Podía percibir cada sonido, cada movimiento a mi alrededor. Ya no pensaba como antes, mi mente era una mezcla de recuerdos humanos y sensaciones primitivas. Vagué por la oscuridad de mi habitación, buscando una salida. El mundo se había vuelto inmenso y extraño. Los muebles eran montañas y las sombras, abismos. Pero en lugar de desesperarme, me descubrí acechando, moviéndome con sigilo, controlando cada músculo de mi nuevo cuerpo. A medida que pasaban las horas, el horror inicial se convirtió en fascinación. Mi vida humana parecía un sueño distante. Ahora era astucia y sigilo. Ahora era una serpiente.