Cuando la imagen importa
POR LEÓN-LUCIANO-MARTÍN -NAHUEL y VICTORIA La estética: influye en los adolescentes, ya que en esta etapa los jóvenes atraviesan

POR LEÓN-LUCIANO-MARTÍN -NAHUEL y VICTORIA
La estética: influye en los adolescentes, ya que en esta etapa los jóvenes atraviesan importantes cambios físicos, emocionales y sociales.
Auto imagen: una buena autoestima permite que el adolescente se sienta cómodo con su apariencia, aunque no cumpla los estándares sociales.
Toma de decisiones sobre su apariencia: La confianza en uno mismo permite tomar decisiones estéticas propias, sin depender tanto de la opinión del grupo.
Sin confianza, es más probable que imite estéticas ajenas sólo para encajar, incluso sino se siente identificado con ellas.
irugías estéticas
Esta opción debe ser considerada con mucha precaución asegurándose de que se realice por un cirujano certificado y tener expectativas realistas sobre los resultados.
Condiciones estéticas:
Consentimiento informado: Los adultos responsables tienen que estar informados del tratamiento estético.
Presión social: Podés decidir hacerte un cambio estético cuando a tu grupo le gustas por tu apariencia.
Autoestima y salud: El cambio estético puede afectar tu autoestima y traer problemas a la salud.
Acceso a información: Los padres tiene que estar informados sobre dónde, cómo y quién hace el cambio estético.
Es fundamental que cualquier tratamiento estético se aborde con cuidados y responsabilidad, priorizando siempre la salud física y emocional del adolescente.
El rol de los padres en la realización de tratamientos estéticos en adolescentes es esencial y abarca varios aspectos clave:
1) Consentimiento legal: A está edad, los adolescentes no pueden tomar decisiones médicas por si solos
2) Evaluación de la necesidad: Los padres deben analizar si el tratamiento es realmente necesario realizarlo, considerando la salud física y emocional del joven.
3) Orientación emocional: Acompañar al adolescente en el desarrollo de su autoestima es vital. Los padres deben ayudarlos a aceptar los cambios naturales del cuerpo y reforzar una imagen corporal positiva, evitando que el tratamiento se convierta en una solución a problemas emocionales.
4) Protección frente a riesgos: Los padres deben informarse sobre los posibles efectos secundarios, consecuencias a largo plazo y la idoneidad del tratamiento para una persona en desarrollo.
5) Elección del profesional adecuado: Es responsabilidad de los padres asegurarse de que el procedimiento sea realizado por un profesional calificado y en un entorno seguro.
En esta etapa la piel cambia mucho y es normal tener dudas sobre cómo cuidarla, o prevenir el acné o mejorar su apariencia.
No todos los productos «naturales» son seguros, algunos pueden causar alergias o irritación.
Siempre prueben un poco en zonas pequeñas antes de usarla en todo el rostro.
Eviten productos con retinoides, ácidos fuertes o perfumes intensos, ya que pueden dañar la piel joven.
Consultar con un dermatólogo si tienen dudas o problemas persistentes de acné.
Más allá de las tendencias y las redes sociales, lo más importante es sentirse bien con uno mismo.